El alma desordenada lleva en su culpa la pena
San Agustín
Estamos entrando de nuevo en el otoño. Después de la expansión del verano y de más actividades dirigidas al exterior y la sociabilización, ahora toca poner en orden todas las vivencias, ideas y emociones que nos asaltan continuamente para poder quedarnos solo con las que queremos que nos sigan acompañando a partir de ahora y así desprendernos poco a poco de lo que ya no necesitamos en nuestro camino. Las vacaciones sirven para reevaluar todo lo que hacemos y sentimos. Con la ayuda del ciclo de la naturaleza estas actitudes, de manera rítmica, van fluctuando y esto nos ayuda a situarlo cada año de una forma distinta, acercándonos a funcionar cada vez más de un modo más auténtico.
Al inicio del curso tenemos todos la lista preparada con los nuevos objetivos y actividades pendientes y es el momento de ir decidiendo cuáles realizar o cuáles no. De la misma manera el otoño es un buen momento de reflexión para poner en orden todas la emociones y experiencias que queremos seguir sintiendo y cuales queremos dejar salir de nuestro interior para no seguir cargándolas. Para hacerlo, debemos identificarlas y ponerlas sobre la mesa y solo así es cuando es posible dar con el orden y decidir qué hacer con ellas. Por ello he creado este artículo, esperando ayudarte con los aceites.
Esta sinergia de aceites te aportará la calma y el silencio necesarios para tomar las decisiones correctas para colocar cada emoción en su sitio.
- Clavo (Eugenia caryophyllata)
Conocido como el mejor remedio para el dolor de muelas, uno de los aceites más potentes a nivel antiséptico y inmunoestimulante en general. Si habéis masticado un clavo alguna vez, habréis podido comprobar como nos adormece la zona. A nivel emocional también nos ayuda a tranquilizarnos y a suavizar nuestra agitación interior y como consecuencia deja que nuestros instintos decidan con más firmeza.
- Elemí (Canarium luzonicum)
El aroma mágico de este aceite era muy utilizado en la antigüedad porque era considerado un aceite con propiedades sagradas, por el estado sutil y sereno al que te transporta.
Es un aceite cicatrizante y antiséptico y puede ayudarte también a cicatrizar heridas emocionales. Y por esta razón también es un buen descontracturante porque te ayuda a eliminar memorias del cuerpo que te endurecen.
- Angélica (Angelica archangelica)
En la antigüedad se creía que paraba el mal por su efecto en la prevención y la curación durante las epidemias de peste y cólera, motivo por el que se bautizó como “raíz de los ángeles”.
El aceite esencial obtenido de las raíces de esta planta, ayuda a atreverse a ir a la raíz de las situaciones, experiencias, dudas que se presentan en la vida. Relaja y ayuda a conectar con los sentidos más ocultos para que expresarse y darles permiso para salir del cuerpo.
Modo de aplicación:
Vas a hacer una sinergia con estos tres aceites esenciales
– 10 gotas ae de Clavo
– 25 gotas de ae de Elemí
– 25 gotas ae de Angélica
Y de la mezcla resultante puedes poner una gotas en la almohada cuando vas a dormir, o bien en un pañuelo para oler mientras meditas.
¡Te animo a probarlo y poner orden en tus metas, ideas y emociones!